"La literatura es un juego" Unai Elorriaga en Leioa

Unai Elorriaga vino ayer a Kultur Leioa (pasadan astean ere egon zen) para hablar sobre su libro Londres es de cartón, programado como lectura en las tertulias literarias que encauza Isa Castillo.

Mónica estuvo allí y nos lo cuenta:

Hacer todo lo contrario de lo que te mandan en los talleres literarios y en las escuelas es lo que pretende el escritor Unai Elorriaga en todos sus libros. “Yo cojo una palabra fetiche y la repito varias veces. En las escuelas nos decían que buscáramos sinónimos para evitar repetir palabras y yo hago todo lo contrario, porque me divierte”. Sus libros han sido fruto siempre de la observación de las personas de su entorno, no pretende incluir una moraleja en sus obras sino simplemente disfrutar. Nos habla de sus libros y alude a todos ellos con cariño. Cuatro libros publicados y uno en gestación le avalan como uno de los escritores más prometedores no sujeto a convencionalismos literarios de ningún tipo.

Londres es de cartón es un libro que surge de la conexión entre diferentes historias que estaban en su mente y se mezclaron en un momento dado. Una historia detectivesca de los ingleses, la dictadura, la enfermedad mental y los tejados dan pie a construir una historia. A pesar de lo que podamos pensar el oficio de escritor es muy constante, según Unai. “Todos los días seguía una rutina, me levantaba a las 8 de la mañana, desayunaba y me dedicaba a pensar cómo urdir una historia con estos componentes”.
 
Para escribir este libro estuvo documentándose en el tema de las enfermedades mentales, preguntando a sus amigos psiquiatras qué leían y trabajando varios meses como voluntario de un Centro de Día en Algorta (Argia Fundazioan), impartiendo un taller literario. Parece ser que en los países dónde hay un gobierno dictatorial se incrementan los casos de esquizofrenia. Los dictadores en sí tienen algo de esquizofrénico. Por lo que la relación entre enfermedad mental y dictadura es clara.
Cuando se le pregunta a Unai porque ha introducido los tejados en esta novela cuenta que él vivía en una casa con tejados extraños en Algorta y siempre se ha sentido atraído por los tejados de las casas.  Después vivió en Torrene y dedicaba muchas horas a ver los tejados desde su terraza.

Algorteño de pro, actualmente está escribiendo un libro ambientado en su pueblo que contiene continuas referencias a las calles de Algorta. Así que, en esta ocasión, sus lectores se podrán ver perfectamente identificados al describirse lugares tan reconocibles por todos.



Otros libros de Unai Elorriaga disponibles en la biblioteca:



Un tranvía en SP. Su primera novela, galardonada con el Premio Nacional de Narrativa en el 2002. Cuenta las historias entrelazadas de Lucas, un anciano viajero que sueña con alcanzar las cumbres más altas del Himalaya a pesar de la fragilidad de su mente, Marcos, un músico que busca su lugar en el mundo y encuentra el amor de Roma y María, la hermana de Lucas, escritora anónima en busca del instante feliz que da sentido a la vida.


El pelo de Van´t Hoff. Probablemente su novela más enrevesada. El protagonista del libro, por mucho que tenga un proyecto importante entre manos, pasa la mayor parte del día jugando. Aunque sea una persona mayor ya (o medio mayor, por lo menos: 35-37 años) no le da demasiada vergüenza, y siempre lleva una pelota de goma, y viaja con dos sacos llenos de soldaditos de plástico para jugar con su hermano o compra diccionarios y enciclopedias para escribir vidas que no existen. Esta novela es como esa pelota de goma.

Vredaman. Este libro entrelaza cuatro historias: un niño que intenta cazar una libélula azul para llegar a ser tan inteligente como un médico; dos amigos que entran en un campo de golf a medianoche, a hurtadillas, sin que nadie sepa qué quieren hacer allí; una mujer que durante más de cuarenta años fue novia de un arquitecto de renombre internacional pero que nadie entiende por qué nunca se casaron, y un joven que descubre por casualidad que su abuelo participó en el Campeonato de Europa de Ebanistas, en 1927, e intenta descubrir el resultado de aquella curiosa competición.



Irudia: © Deia