2010-06-26

Liburu usikadak - Mordiscos de libro




No siempre estaba fuera de casa cuando ellos creía que los estaba. La primera vez que me quedéestando ellos allí fue por pura casualidad. Llevaba trabajando un buen rato en el estudio de casa, como hacía a veces incluso en días laborables. Se me había olvidado que era una tarde de Marius. Cuando sonó el timbre -un timbrazo imperioso, castrador- comprendí que no podía escapar sin ser visto, de modo que me encerré con llave sin hacer ruido. Nada más. No podía oír nada, o sea que no se me podía acusar de estar espiando.

Aunque es así como lo recuerdo, hay un detalle incorrecto en este relato. Yo no podría haberme olvidado de que era una tarde de Marius. Tenía escrito en mis propias carnes el almanaque de sus idas y venidas. Por tanto, debo deducir que me mentí a mí mismo para estar cerca de ellos.

A partir de ese día lo convertí en una costumbre.


Un acto de amor, Howard Jacobson