En un lugar del Atlántico

Cada migaja de vida debe servir para conquistar la dignidad

En un lugar del Atlántico de cuyo nombre pocos suelen acordarse, vive una pandilla de chiquillos empeñados en jugar al fútbol día y noche para emular el éxito de aquellos paisanos que han triunfado en las canchas europeas y que , al volver a su pequeña isla, cuentan maravillas de lo que han vivido en París y en otras capitales. Ahí el hambre es una palabra que casi no aparece en el diccionario, las mujeres llevan faldas cortas y existe algo tan extraño como el subsidio de paro, un papelito milagroso que permite vivir sin tener aque trabajar. Así las cosas, en esa pequeña isla frente a las costas de Dakar un partido es mucho más que que un acontecimiento deportivo: centenares de ojos acribillan la pantalla del único televisor de la aldea, y cuando el viejo aparato decide pasar a mejor vida, justo en el momento de la prórroga, los hombres mastican impotencia y rabia.



Para resolver el problema, el joven Madické llama a su hermanastra Salie en Estrasburo, y será ella quien irá informándole de los resultado finales, describiéndole las jugadas más arriesgadas en el fútbol y en la vida, y contándole la realidad de su experiencia de inmigrante en Francia. Asistimos a sí a la retransimisión en directo de un juego beello y extraño, donde triunfa la sensación de no pertenecer ya a nada ni a nadie, un sentimiento que Diome salpica con el talento y la ironía que siempre acompañan a los mejores perdedores.

(texto de la cubierta posterior)

Dentro de las tertulias literarias que conduce Isa Castillo, hoy nos hemos reunido para comentar En un lugar del Atlántico, primera novela de la escritora senegalesa Fatou Diome (Wikipedia).

Una obra en la que, a la vez que nos describe la vida en la pequeña isla de Niodior, plantea los mecanismos mentales y sociales que operan en la inmigración compulsiva. Las historias de inmigrantes que han triunfado en Europa (concretamente en Francia. La narradora habla de una especie de "colonización mental") esconden un oscuro reverso del que no se alardea en aras a la apariencia.

Es precisamente la crítica a esa sociedad patriarcal y demasiado centrada en la apariencia donde la autora carga las tintas de la narración. Sin embargo, dicha crítica se ve atemperada por el cariño con el que se tratan las vicisitudes de los personajes menos afortunados del poblado (el profesor desterrado por sus ideas comunistas, la madre soltera, la hija repudiada...)

Obras relacionadas:

• Ébano, de Riszard Kapuscinsky

• Aya de Yopougon (cómic) de Marguerite de Abouet

La obra elegida para las próximas tertulias es Los justos de Albert Camus. Una obra en la que se plantea la legitimidad de sacrificar la vida por una idea. Serán el 13 de abril.