2009-01-19

Uno entre un millón




La sala de interrogatorios es una habitación estrecha y oscura en la que haya una mesa de madera, de aspecto macizo, una lamparita de mesa y un par de sillas de plástico cubiertas de una tela sobada y desgastada por el uso. En una de ellas está sentado Ugalde, quien apenas puede ver más allá del potente haz de luz que se vierte directamente sobre su cara [...] El comisario Cabrera, situado detrás de la lámpara en una postura amenazante, no se compadece del hombre que desluce tan esperpéntica imagen.



Así comienza el relato de Juan Ignacio Sanz, vecino de Leioa aunque afincado ahora en Ciudad Real, incluido en la colección de relatos Uno entre un millón y disponible en la biblioteca.

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