2011-11-13

El guardián entre el centeno, tertulias literarias

Catch´er, by Jenny Downing (cc-by)
Como el primer martes de noviembre cayó en festivo, las tertulias de este mes se atrasaron una semana. El libro elegido para comentar fue El guardián entre el centeno de J. D. Salinger. Una obra tan prohibida como recomendada en los Estados Unidos y que se ha convertido en un clásico de la literatura.

El libro trata del deambular de un chico de doce años al que han expulsado del colegio y que no quiere volver a casa para enfrentarse con sus padres.

La sensación general es que el libro gustó bastante entre la gente (aunque también hubo quien opinaba que resultaba bastante inane, que en realidad no contaba nada). Y gustó porque está escrita en un estilo muy ágil y porque logra su objetivo principal que es el de meternos en una cabeza adolescente, que veamos el mundo, y las personas que lo habitan, desde los ojos de una persona de doce años de edad (dadas las similitudes biográficas del autor, se llegó a comentar si el personaje no sería un trasunto de él mismo a esa edad).

De esta forma, asistimos a una encrucijada en la que el protagonista no sabe qué camino tomar. Varios de los personajes del mundo "adulto" intentan aleccionarlo para que siga por un camino concreto pero a Holden (el nombre de nuestro héroe) no le convence la mezquindad y falsedad que barrunta en ese camino. Al final (ATENCIÓN: si no has leído el libro sáltate esta frase o nos puedes coger bastante manía) será la actitud de su hermana la que le ayude a recapacitar sobre su rumbo futuro.

Resultó curioso que se nos explicitara la intensa relación que el protagonista mantiene con sus hermanos y en cambio despachase la descripción de sus padres con un par de pinceladas. Puede que con ello se tratara de reforzar la idea de que Holden desconfía del mundo adulto pero que es una buena persona. Despistado, bastante cuentista pero muy apegado a la gente próxima.

Otro punto a tener en cuenta es la importancia que se le da a sinceridad. En un entorno percibido en constante cambio el protagonista intenta aferrarse a algo que permanezca fijo (un ejemplo en este comentario del Museo de Historia Natural: "Pero lo que más me gustaba de aquel museo era que todo está siempre en el mismo sitio. No cambiaba nada. podías ir cien mil veces distintas y el esquimal seguía pescando, y los pájaros seguían volando hacia el sur, y los ciervos seguían bebiendo en las charcas con esas patas tan finas y tan bonitas que tenían, y la india del pecho al aire seguía tejiendo su manta. Nada cambiaba. Lo único que cambiaba era uno mismo. No es que fueras mayor. No era exactamente eso. Sólo que eras diferente. Eso es todo.") Es por eso que tiene en bastante baja consideración el que no se mantenga la palabra ("si hay alguna cosa que me molesta es cuando alguien te dice que algo está listo y resulta que no es verdad").

El autor de la obra, J. D. Salinger dio bastante de qué hablar. Su animadversión a cualquier tipo de publicidad y la estricta defensa de los derechos intelectuales de su obra (podéis leer este artículo que se publicó en El País con motivo de su muerte) fue lo que más miga produjo en la discusión.

Debido al tema de la querella que interpuso con motivo de la supuesta secuela de la obra, hablamos de los distintos derechos que se engloban dentro de lo que es la propiedad intelectual de una obra y que hay que diferenciar entre los derechos morales y los económicos (de explotación). Amaia explicó el caso de una autora (L. J. Smith) que al haber vendido los derechos de explotación de una serie antes de finalizarla no va a poder concluirla a su gusto por divergencias con la productora que compró los derechos de la misma (más información sobre el tema (en inglés)).

Y así quedó la cosa.

Ahora a por la siguiente obra que se trata de No lloreis, lo que tenéis que hacer es no olvidarnos. Una obra creada por María González Gorosarri basándose en el testimonio de supervivientes de la cárcel de Saturrarán. Debido a que cae en festivo, las tertulias serán la segunda semana, el trece de diciembre. Nos vemos.

(Gracias a Mª Celi por advertirnos del error en la fecha)


Irudia: Catch´er, Jenny Downing (cc-by)