2010-07-25

Liburu usikadak - Mordiscos de libro





Un caluroso día de verano, para ser preciso, un viernes 13 de agosto, aproximadamente a las tres menos cuarto de la tarde, me enamoré. La amargura y el anhelo que he sufrido desde entonces me han llevado a preguntarme si de haberme enamorado el doce o el catorce las cosas hubieran acabado de forma distinta.
Ese día, como todos los demás días, nos habían forzado -a mí y a mi hermana- mediante amenazas, uso de la fuerza física y unas pocas promesas edulcoradas, a que nos fuéramos al sótano a dormir. En Teherán hacía un calor salvaje y la siesta vespertina era obligatoria para todos los niños. Pero esa tarde, como tantas otras, los dos esperábamos a que mi padre se durmiera para salir a jugar al patio.




Mi tío Napoleón, Iraj Pezeshkzad