2007-05-24

Cómo hacer un puente con pájaros


El abad decía que la salud emocional de la aldea requería un hombre a quien todos odiaran con ganas, y que el Cielo nos había bendecido con dos

Los niños de la aldea de Ku-fu han caído víctimas de un envenenamiento y es trabajo de Buey Número Diez intentar buscar una solución a dicha tragedia. Para ello recurrirá a la ayuda de Li Kao, un sabio con un ligero defecto en el carácter, y juntos correrán un montón de aventuras en las que la búsqueda del remedio inicial se enredará con un asunto de proporciones mitológicas.

Ya en el mismo subtítulo viene dada la declaración de intenciones del autor: llevarnos a una antigua China que nunca existió. Una China mítica que nos recuerda un poco a la de Jim Botón y Lucas el maquinista. Una narración en tono preciosista desgrana la acción a modo de leyenda, de una forma clásica pero muy efectiva. Los protagonistas y personajes principales se hacen entrañables mientras andan dando tumbos “a ciegas en un mito diseñado por un maníaco”.

Merece la pena leer el libro, aunque sólo sea para conocer el "verdadero" motivo por el que el duque que dio nombre al país (Ch´in) quemó todos los libros. O por la curiosidad de saber cuál es el ligero defecto en el carácter del sabio Li Kao. O por saber cómo hacer que las cabras caguen oro. O porque esta novela ganó el Premio Mundial de Fantasía en 1985.

Barry Hughart: Puente de pájaros, una novela de la antigua China que nunca existió.